Ayyyyy, la de mi hermano. Ya sabéis, no? Mogollón de curvas, baches y kilómetros, ja, ja, ja. Llegó un poco tarde (concretamente casi tres semanas!!), pero es lo que tiene la combinación entre trabajo "anormal" y larga distancia, jeje. Lo único bueno que tiene esto es que ya no se la esperaba, así que... sorpresa, sorpresa!! Y tomaaa merendolaaaa (que hay que reponerse después de tanta curva), jeje. Cada año lo tengo un poco más difícil que el anterior, se me acaban las ideas!! Aunque mucho peor es comprarle un regalo, es casi imposible dar con algo que le vaya a sorprender. La tarta fue como un flash. De repente se me vino a la cabeza la imagen de mi hermano dándole vueltas al cubo, ya no me acordaba!! Sí, no os asustéis tanto, desde que terminó el instituto y se fue a la universidad no pasamos mucho tiempo juntos. Ya no os digo nada desde hace unos diez años que he estado trabajando en el "maravilloso" mundo de la hostelería, misión imposible pasar más de dos horas juntos. Bueno, exceptuando mis vacaciones, que las niñas no veas como tiran para allá, ji, ji, ji.
Para la próxima tarta celebraremos algo grande, no hermanito? Yo estoy segura de que sí. Cuando llegue el momento lo compartiré con todos vosotros. Mientras nos quedamos con las tartitas y sus rellenos. A mi hermano le pasa igual que a mi, no le gusta nada el chocolate, ja, ja, ja. También odia el chocolate blanco, je, je, je. Pero ya le hice una de chocolate blanco, así que para cambiar (no mucho, eh?), además del chocolate blanco, lleva chocolate puro!!
Esta vez lo resolvió con el cuchillo y una cuchara, je, je...
Y, por supuesto, sin gluten.
