Esta fue un regalo para la hija de mi amiga Luci por su cumpleaños.
Estaba tan nerviosa, no sabía como reaccionaría cuando se la llevara, pero deseaba que llegara el día sólo para verle la cara,jajajaja. Cuando bajó las escaleras y la vió se quedó desconcertada, creo que no tenía muy claro lo que era, pero cuando se dio cuenta de que era una tarta empezó a inspeccionarla con la boca abierta, alucinaba!! Además de hacerlas ( que es lo primero), lo que más me gusta de esto es ver la cara de quién la recibe, sabes
de verdad que le gusta.
La abejita fue volando durante todo el camino,ja,ja,ja. Ahora me río, entonces pasé un mal rato, pero ya sé que eso se pone en la tarta cuando llegas al lugar de destino, de los errores se aprende.
Qué monas me quedaron las mariquitas y el caracol, les encantó. Y si, la flor del punto de la i parece un huevo frito,jajja.
Y no podían faltar un par de piruletas y unas velas, aunque en vez para soplarlas son para comérselas.
